LA FUENTE DE LOS SIETE CANALES

Es la fuente más antigua de Catania y resistió la gran erupción de 1669, así como el terremoto de 1693, razón por la que probablemente aparezca hoy a un nivel más bajo que el de la calle. Sus aguas, como las de la cercana fuente del mismo nombre, proceden del río Amenano, que se desbordó tras la ciénaga de 1669. Son las mismas aguas que fluyen en el tepidarium de las termas de Aquiles, a las que se puede acceder desde el patio de la catedral, o que afloran entre las piedras de la orquesta del teatro grecorromano. La fuente se encuentra en el popular mercado de pescado de la plaza Di Benedetto, bajo un amplio arco en la base del palacio de los clérigos, prácticamente sobre sus cimientos. Como indica la placa situada sobre los siete caños, se construyó en 1612, siendo rey Felipe III de España y virrey Pietro Girone conde D'Ossuna. La fuente, recubierta de mármol precioso, era utilizada antaño por la población para abastecerse de agua potable. En la actualidad, como la bondad del agua es incierta, el acceso a los siete caños se impide mediante una reja.