IGLESIA DE SAN FRANCISCO BORGIA

La iglesia de S. Francesco Borgia se encuentra en la pintoresca Via dei Crociferi. La orden de los jesuitas se estableció en Catania en 1556, donde construyó la iglesia de la Santissima Ascensione, a la que pronto siguió el colegio que sirvió de institución universitaria. Con el terremoto de 1693, el complejo jesuita quedó destruido y pocos años después del seísmo comenzó su reconstrucción. La nueva iglesia está dedicada al santo jesuita Francisco de Borja, considerado uno de los principales colaboradores del fundador de la Compañía, San Ignacio de Loyola, y que dio origen a las misiones jesuíticas de Perú y Florida. Con la expulsión de los jesuitas del Reino de las Dos Sicilias en 1767, la iglesia y el colegio contiguo pasaron a formar parte de la propiedad real y la Compañía de Jesús nunca ha vuelto a recuperar la posesión del conjunto arquitectónico. La iglesia está situada en el lado sur del colegio jesuita. La fachada en dos órdenes está diseñada en el estilo lineal del clasicismo romano: columnas, dóricas acopladas en el primer orden jónicas en el segundo, marcan la división horizontal de la fachada. El interior tiene planta basilical de tres naves. La cúpula central fue pintada al fresco hacia 1760 por el pintor catanés Olivio Sozzi: la figura de Cristo domina sobre temas y figuras que recuerdan a la orden de los jesuitas. En las pechinas, figuras alegóricas simbolizan los cuatro continentes: Europa, Asia, África y América, sobre los que se extendía la labor evangelizadora de la Compañía de Jesús. Entre las obras que contiene la iglesia se encuentra un altorrelieve que representa a San Francisco de Borja bautizando al Rey de las Indias y el altar de Cristo, con un relicario de madera dorada y una estatua de Cristo de madera policromada.